MORFEO


La tristeza aparece de repente. Triste, solo y en la oscuridad le rezo al dios del vacío por mi mente. Desterrado de mi alma, busco refugio en el sueño, sin miedo a pesadillas, escapándole a mis días (que eran en realidad noches en vela). Ya no me cantan las aves, solo ladra un perro mudo que de compaña no me sirve. Morfeo... llévame rápido, ya no quiero mas espinas, enceguece mis sentidos y convierte mi vida en sueños. Sigo rezando al dios del vacío, me prometió amigos con defectos y oídos tapados, pero sus caras me miraran comprensivas (serán solo muñecos que creeremos cercanos). El aire pega en la espalda, el sueño me tiene rechazo al ver mi humor demacrado por días en vano (sueño que debería llevarme para que esos días valieran mas que un suspiro). Preso de la vigilia, rechazado por Morfeo, desoído por el dios del vacío (que creyó conveniente juntar las suplicas de los mortales y fanfarronear entre diosas libidinosas). Me hayo solo, con la esperanza de que mis muñecos amigos comiencen a escucharme. No me querían escuchar, querían hablarme para escucharse, querían  que sus pensamientos volaran de sus mentes. Y allí estoy, desgraciado escuchando desgracias.

La noche hace oír sus pasos, ya me había quedado solo, no se acerquen mas personas. Morfeo, fíltrame antes que me lleven las luces de la vigilia. Saca de mi lo malo que entro en el día sin permiso. Saca lo malo que entro con permiso también que siempre es lo mas nocivo. Desnuda mis pensamientos, déjame libre de musas inspiradoras de tristeza, no dejes que mis malas palabras se conviertan en relatos. Le pido al dios del vacío que si mis palabras son relatos, constituyan un arte y sean alejadas de seres sensibles que solo esperan a Morfeo todas las noches con la esperanza de no despertar jamás. Pobres mentes inocentes, esperando a amigos que realmente escuchen, buscando a un dios visible, esperando que haya algo que esperar en sus tristes días.

¿Para que vivir? ¿Para que matarse?

Comprendo y comprendo, asi ni suicidas ni vivaces se disgustan con un desgraciado que solo quiere cerrar los ojos para abrirlos en horas a la luz del sol, un suicida de tiempo parcial que quiere apagar su día. Morfeo se ríe de mi, mueres o te levantas me dice, nada de cambiar tus penas por sueños entre sabanas. El dios del vacío guiña su ojo sin maldad, como queriendo recordarme que todavía estoy despierto, pero que las penas se van con el tiempo. La muerte no me persigue, al menos no por decisión propia, la vigilia no es una opción, y sigo dando vueltas en la cama.

No espero nada, me rindo. ya no pediré al dios del vacío, ya no esperare a los sueños, ya no esquivare al insomnio, ya no llorare a los muertos.


José Moyano