Cuando fue que el inconsciente,
empezó a ponerme trabas,
para no usar mis virtudes,
para quedarme en la cama.
Como fue que mi cabeza,
dejo que me gobernara,
ese temor ilusorio,
ese real miedo a la nada.
Así comenzaba un verso,
de noches desentonadas,
en las que me daba cuenta,
que el todo costaba nada.
Esa noche tan brillante,
de percepciones divinas,
me llevaron al debate,
de como encarar la vida.
Empezar por proponerse,
derribar miedos internos,
para llegar a lo grande,
lo que todos merecemos.
Somos todos arquitectos,
de la vida que tenemos,
somos todos responsables,
y por ella respondemos.
Barajar y dar de nuevo,
me sugiere el inconsciente,
que no sabe de pasados,
que no hace caso a la mente,
que no juzga con la vara,
del intelecto consciente,
que es lo bueno y que es lo malo,
solo vive en el presente.
José Moyano