CAMINO


No te hizo grande el destino,
sino cual fue tu camino,
tu objetivo, el superarte,
eso te volvió un gigante.

Avanzabas en penumbras,
sin ver un avance neto,
crecías tanto de pronto,
ya no mirabas al resto.

Mirabas bien dentro tuyo,
tus defectos y carencias,
no te juzgabas por nada,
tu convivías con ellas.

El aceptar el presente,
aunque bastante perdido,
te iluminaba de noche,
el camino recorrido.

Esos momentos perdido,
en que no entendías nada,
fueron caminos divinos,
que te acercaron al alba.